Para
poder ser feliz, debes amar. Porque parte de la felicidad consiste en
sentir en el corazón esa llama avivada que hace que aún en medio del
desierto, puedas sentir tu corazón inundado de amor.
El
corazón late mejor cuando siente alegría y emoción. Cuando está sano
porque hay paz en su interior. Cuando no se siente ira, ni contiendas, ni
amarguras. Cuando renuncia a la tristeza, porque sabe que no será
eterna.
Para vivir a plenitud hay que respirar con libertad. Hay que recibir, pero también dar. Quien ama, temprano o tarde, recogerá el fruto. ¡Sonríe, piensa de forma positiva, deshazte del negativismo!
Toma
tus decisiones, trabaja y lucha por hacer realidad tus sueños. Y cuando
menos lo imagines, abrirás tus ojos y te verás donde esperabas o mucho
más lejos aún, riendo satisfecho.
Pero para vivir mejor, hay que amar, amar, amar...
No hay comentarios:
Publicar un comentario