A través de los
años construimos imágenes para alimentar el alma, fijamos en nuestras retinas
los rostros de seres que tantas veces nos ilusionaron y vivieron su tiempo a
nuestro lado.
Sentimos latir el
corazón con ansias cuando estamos con la persona amada, pero con el tiempo
descubrimos que tambien debemos aprender a vivir con nuestra
soledad, una soledad que nos acompaña desde siempre y por la cual escapamos a la
sensación de vacío que produce el saber que alguien ya no nos ama como ayer, o
que alguien se fue del mundo y su presencia no entibia nuestros días, que sus
sonrisas no alegran ya los momentos..
...y nos quedamos
solos, mirando un tiempo pasado, sin remedio... Entonces es momento de
entregarle a Dios el tesoro acumulado y aprender a reconstruirnos con la
experiencia y la fuerza que nos da la vida nuevamente.
Las esperanzas
son las estrellas del alma. Dejarlas brillar en nuestro cielo interno es una
guía, una orientación en el camino. No perdamos las esperanzas de un tiempo
mejor, de una pareja feliz, o de lograr aquellas cosas que tantas veces
acariciaste en el silencio de tu habitación, porque de ilusiones tambien se
vive, de ilusiones también nos alimentamos... y aprendemos a vivir caminando
senderos luminosos y aprendemos a ser luz en el destino.
Vive la vida hoy,
no dejes para mañana lo que deseaste ayer, porque una larga caminata empieza con
un solo paso. Decídete y vuelve andar.